Los crímenes globales de la Historia no son posibles si previamente esa violencia no ha larvado a escala domestica.
El miedo, la intolerancia y la violencia de una sociedad no se entienden si no proceden de una mayoría que se imponga de manera activa y otra que los deje hacer desde una actitud pasiva.
Esto no es una obra de judíos y nazis, es una reflexión sobre lo que podría estar ocurriendo en nuestras propias casas.
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